sábado, 31 de diciembre de 2011

Te imaginé soñando. Y me soñabas.

Y llegó el día en que te imaginé. Te imaginé despierto, apoyado al otro lado de mi almohada. Mirándome. Mirándonos. 

Te imaginé abrazado a mí. Rozándonos. 

Te imaginé soñando. Y me soñabas. 

Te imaginé de espalda y llegabas casi a la perfección. 

Imaginé tu mano sobre la mía, mis dedos descansados sobre los tuyos. Quedándose quietos varios minutos. Varias horas. Varias mañanas de este frío diciembre. Y de aquel esperado enero. 

¡Feliz 2012!

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